
Una mujer vestida de Papisa (sacerdotisa) se encuentra sentada en un lujoso retrete, del cual jala la cadena.
Arriba de la lámina se observa el gran estanque, repleto de recursos con los cuales se costeó la instrucción de éste personaje.
En sus manos sostiene un pasquín farandulero que lee con avidez. Sobre su cabeza un velo de gruesa tela le impide observar la realidad en que está inmersa.
El personaje luce un semblante autoritario y displicente, proveniente del alto grado de instrucción y poder, del que está investido.
En su muñeca derecha lleva un talismán que, permitiéndole manipular la fe pública, puede convertirla en víctima, cuando así lo necesite.
Como último recurso, bajo su manga izquierda, esconde un celular para pautear a la prensa con apariciones de pseudo religiosidad.
Al fondo se observa un sinnúmero de libros que simbolizan la crisis educacional que se vive en el país y a sus pies, un cúmulo de dinero, nos recuerda la gran cantidad de recursos que han sido dilapidados en educación pública.
El número de ésta carta es el II y simboliza la hipocresía, la pereza, la ineptitud y la inactividad. Es típica de aquellos que ostentan un título o grado, sin tener los merecimientos académicos ni la preparación técnica para su ejercicio.
Invertida: Es la mujer intuitiva que conoce las cosas a fondo y que despliega una gran sabiduría con tranquilidad y seguridad.
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